4.1.11

dont let me down

Nunca me gustó cruzar Plaza Italia, hoy, un Martes de Enero cerca del mediodía pensé que no iba a haber nadie. Pero estaba demasiado equivocada, y el centro de la ciudad explotaba de gente.
Vi que una señora también tenía que cruzar y para serles sincera, yo no me animaba. Entonces, para sentirme más segura, dije: cuando pase la viejita, yo también. Y ni bien termino de pensar eso, la viejita me extiende la mano, me mira con cara de tierna, y me pide si la ayudaba a cruzar.
Fue una boludez (y casi nos pisa un talp), pero me pareció genial como cambió la situacion en un segundo, porque yo estaba dependiendo de ella para cruzar, y al final, terminó siendo al revés y me tuve que hacer la que no me importaban los doscientos autos que pasaban a mil y la lleve de la mano muy contenta.

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