Hoy Juan Manuel me contó que ayer a la noche, se les había cortado la luz. Me pareció raro, porque no había tormenta ni nada, y le pregunté si se había asustado. Su respuesta fue: me cagué todo. Y no pude evitar reírme. Igual, en seguida siguió hablando y agregó: por suerte, cuando se cortó la luz vino Papá Noel. Pato pudo verle el cinturón y me parece que lo empujó también...
Ahi medio que me descolocó porque no me esperaba esa respuesta y lo único que pude decirle fue que se había equivocado, que había venido dos días antes. Y me miró, desde abajo, con una sonrisa de oreja a oreja, mostrando todos los dientes y me dijo que no, no se había equivocado, que había ido a buscar sus cartitas.
Me morí de ternura, no se me hubiera ocurrido nunca, y me sentí grande y fue horrible. Diez años antes, yo hubiera estado contando las horas para Navidad, y ahora me entusiasma mucho más juntarme con mis amigos hoy a la noche, que pasar Navidad... hubiera estado bueno seguir con toda esa emoción y que no se pierda la magia y todas esas cosas que hacian esta fecha tan especial.
En un futuro, espero poder construirles situaciones así a mis hijos o a mis sobrinos, o más cerca, a mis primitos, y que cuando sean grandes se acuerden de que tal año vieron a Papá Noel, y otro año pasó tal cosa, y se llenen de recuerdos lindos como tengo yo.
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